miércoles, 25 de abril de 2012

Epica - Requiem for the Indifferent


Soy un amante incondicional del grupo neerlandés Epica, lo reconozco. Desde que lo descubrí accidentalmente, cuando leí (ahora sé que erróneamente) que su cantante Simone Simmons es la que colabora con Sonata Arctica en la canción Deathaura (en realidad es Johanna Kurkela, cantante finlandesa de voz extremadamente dulce).

Ser un amante incondicional, paradójicamente, es un arma de doble filo, ya que frecuentemente son los más acérrimos fans los que con más dureza critica los nuevos trabajos de un grupo, en especial cuando se produce un cambio de estilo. Por suerte no ha sido así, y el último trabajo hasta la fecha de Epica nos da todo aquello a lo que nos tiene acostumbrados, sin dar la sensación de que nos ha vuelto a colar las mismas canciones de otros álbumes ligeramente maquilladas. Y si cabe, con más calidad que nunca. No tendría mucha pudor en decir que es su mejor disco hasta ahora.


Temas:

Algo en lo que nunca me ha defraudado la banda hasta ahora es en la intro del disco. Siempre el primer tema es una obertura que enlaza con el segundo tema. En este disco nos encontramos el tema Karma, como siempre un magistral despliegue de instrumentación clásica que nos prepara para lo que nos vamos a encontrar a continuación: "Monopoly on Truth" da la sensación de ser un despliegue de todo lo que Epica tiene para darnos: instrumentación orquestal perfectamente combinada con los duros ritmos de percusión y guitarra, los coros grandiosos, como siempre, y un efecto "la bella y la bestia" bastante más marcado que en otros temas, alternando constantemente la voz melódica de Simone con los potentes guturales de Mark Jansen.

Mark Jansen diciendo: "Yo he estado con esta moza y vosotros no..."


"Storm the Sorrow" nos ofrece una exhibición de virtuosismo vocal de Simone, más relajada que cuando canta con su registro de mezzosoprano (por ejemplo en Stabat Mater Dolorosa) pero alcanzando notas muy altas y jugando mucho con los registros en ocasiones. O dicho de forma más simple y directa: se le pira un poco a veces. Tiene además uno de los contrastes más bellos de su discografía (3:49), entre una parte interpretada por la voz gutural de Mark y la propia Simone con un registro más bajo de lo acostumbrado en ella, y que pasa a una breve pero magistral interpretación de Simone con sólo un piano de acompañamiento. Mirad, mirad... Bueno, no lo véis pero tengo los pelos como alambres. En el concierto del día 20 de abril en La Riviera, se me escapó alguna lagrimilla en esta parte.

"Delirium" es un cambio de tercio con respecto a los temas anteriores, sin llegar a poder considerarla una "balada" (término del que creo que se abusa en el mundo del metal), pero sí es mucho más íntima, prescindiendo de los guturales y de instrumentación pesada. El tema trata de saber dejar atrás los problemas, y la música acompaña a la perfección, incluso nos puede transmitir esa sensación sin prestar atención a la letra.

"Naniiino, nino, nino, nino, nino, naaainoooo..." (así la canto yo)

El siguiente tema, "Internal Warfare", es uno de mis preferidos. Sería más exacto decir que casi todas las canciones de esta banda son de mis preferidas, pero dentro de este álbum, esta es de las primeras que llamó mi atención de manera poderosa desde la primera vez que la oí. No sé lo bastante sobre teoría musical para explicar a qué se debe, pero tanto la melodía inicial como el resto de la canción dan una sensación de caída o descenso que le viene como un guante al argumento apocalíptico de la canción. En este tema es muy marcado el contraste entre la hermosa voz de Simone y los ritmos trepidantes, apenas con instrumentación clásica. Durante la mayor parte de la canción es ella la que pone el punto melódico y lo hace de manera sublime, apoyada de manera muy sutil pero efectiva por unos coros menos evidentes que en otros temas.

"Requiem for the Indifferent" al principio no me llamó especialmente la atención, e incluso con el tiempo, que he llegado a apreciar su belleza, no la señalaría en ningún caso como candidata a mejor canción del álbum (siempre, por supuesto, es mi opinión subjetiva). Lo que me extrañó bastante pues al contrario de lo que suele ocurrir en otro grupos, Epica siempre ha mimado especialmente los temas que dan título al disco, siendo posiblemente el mejor o de los mejores temas del mismo. Recordemos "The Phantom Agony", "Design Your Universe", "The Divine Conspiracy"... Por supuesto, decir esto es como decir que el número 5 del ranking mundial de boxeo no es tan bueno como el número 1; a ver quién es el guapo que se mete con él... Tal vez el motivo que señalaría por el que no está entre mis predilectas es porque no le acabo de encontrar sustancia al estribillo, porque al margen de eso la instrumentación es grandiosa, los coros impresionantes, y siempre metiendo esos intermedios potentes deathmetaleros que dan tanto subidón.

Sin comentarios...
"Anima" es un interludio instrumental, dolorosamente breve, lleno de una belleza misteriosa que nos conduce al siguiente tema, "Guilty Demeanor". También bastante breve para lo habitual en Epica que gasta temas de no menos de cinco minutos y no le tiembla el pulso al plantarse en más de diez minutazos de canción si la situación lo requiere. Sin ser tampoco de mis temas más recomendables, es un gran tema y con unos coros de quitarse el sombrero o, si no tienes sombrero, arrancarse la tapa de los sesos. Lo que sea con tal de reconocerles la calidad.

Otro tema más íntimo es "Deep Water Horizon", si bien no tanto como "Delirium" por tener una instrumentación más fuerte y guturales en un momento dado. El estilo musical me recuerda poderosamente a Nightwish, al menos en la etapa que conozco, con Tarja Turunen.

"Stay the Course" comenzó sin provocarme un sabor de boca especialmente bueno, tal vez debido a que empieza de manera muy dura y tiene protagonismo Mark Jansen sobre Simone Simons, per se ha incorporado rápidamente al listado de canciones de las que no podría prescindir jamás. Esa dureza que comentaba contrasta con una voz especialmente suave de Simone, que la convierte en un tema esencial. La canción trata sobre saber ser uno mismo y no quien los demás quieren que seamos, y es Mark el que defiende el ser uno mismo y perseguir nuestras metas, mientras Simone dice que mejor seguir la corriente a la masa y no desentonar.

"¿No quieres la paz, Gadafi? Veste a la mierda, nene"
"Deter the Tyrant" habla de la lucha contra la tiranía. Hace clara referencia a la "primavera árabe" ya que incluye la voz de Gaddafi hablando de "limpiar Libia", pero creo que el mensaje se lo puede aplicar cualquier pueblo en el que el gobierno, del tipo que sea, busque lo mejor para sí mismo y no para los ciudadanos. Lo que hoy en día se puede aplicar a casi toda Europa. El tema es impresionante, menos orquestal y con muchísima energía.

A continuación tenemos algo que me deja sin palabras, una obra perfecta de ingeniería musical, sólo puedo pensar que es resultado de la alineación de los astros que se haga una canción así... Sí, me he flipado bastante, pero "Avalanche" no es para menos. Una canción con tal capacidad de despertar sensaciones como tiene esta no sale todos los días, ni todos los meses ni años. La melodía que presenta la canción y preside el estribillo me parece flipante, a pesar de que siempre me quedo con la sensación de que debería durar más, repetirse al menos una vez. El inicio progresivo nos va metiendo poco a poco en el tema, con la siempre impresionante voz de Simone, con esas letras melancólicas... Las primeras veces que se escucha la canción, la entrada de los guturales puede parecer brusca, pero con las audiciones se convierte en un preludio perfecto para el estribillo, provocando una sensación de anticipación deliciosa. Es como un carril de aceleración que nos lleva a la parte más vital (en todos los sentidos) de la canción. También es fundamental la aportación de Mark en el estribillo, muy melódico, poniendo un contrapunto "ruidoso". Y para qué hablar de la parte en que entran los coros y Simone lo da todo haciendo filigranas vocales, en su faceta más mezzo.

Nos despedimos del álbum con "Serenade of Self-Destruction", trabajo mitiquísimo y de los largos, que habla sobre el suicidio desde tres puntos de vista diferentes. La instrumentación es impresionante, muy clásica, y mezclan notas orientales hacia la mitad del tema. He conocido dos versiones, una semi-instrumental con coros solamente, y otra con voces de Mark y Simone. La música es tan buena que cuesta decidir qué versión es mejor, ya que en la semi-instrumental se aprecian mejor las cuerdas, la percusión, guitarras... (babeo incontrolado).


¿Por qué me gusta tanto Epica?
Porque cuando canta Simone, la gravedad no tira de mí hacia abajo. Porque cuando Mark canta, mi piel es de piedra y nada puede hacerme daño. Porque la melodía de los instrumentos de cuerda me transportan a otro tiempo y otro lugar. Y porque cuando oigo la batería y las guitarras, su vibración se apodera de mi pecho, y ya nunca lo abandonan.

Cursi, sí, pero cierto ;P

2 comentarios:

  1. Gran análisis del disco. Solo la puntilla que tenía que darte, y lo sabes, sobre la nacionalidad del grupo, no son Holandeses cojones, son de Limburg, Netherland!

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    1. Tienes toda la razón, me he limitado a perpetuar el error en que cae habitualmente la gente; de hecho, yo conocí Epica como una "banda holandesa". Como rectificar es de sabios, lo modifico en el post.

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