sábado, 28 de abril de 2012

Cosas que no entiendo: La impuntualidad

Distingo tres niveles distintos de gente impuntual:

Puedo entender hasta cierto punto a los impuntuales de nivel 1, gente que llega tarde porque calcula mal el tiempo o les surgen imprevistos casi siempre. A casi todos en un momento u otro nos puede surgir algo, pero hablo de un comportamiento reiterado.

No entiendo tanto a los impuntuales de nivel 2, que son los que directamente no se plantean a qué hora han quedado ni qué hora es, y que frecuentemente se ponen en marcha más tarde de la hora a la que han quedado.

Y desde luego no entiendo ni soporto a los impuntuales de nivel 3, los dañinos. Los que además de actuar como los de nivel 2, te llaman para decirte que "ya estoy llegando, ve bajando" cuando les quedan 20 minutos para llegar. Es decir, que en vez de estar esperando en casa cómodo (y calentito, si en la calle hace frío), les esperas en la inhóspita calle. A lo mejor estás leyendo, terminando de ver algo en la tele, o habías pensado en hacer algo mientras esperas (jugar un rato a la consola, por ejemplo) y lo descartas porque ya no merece la pena si la otra persona está a punto de llegar. Porque solo piensan en quedar bien a corto plazo; esta gentuza no se para a pensar que cuando lleguen les pueden poner (muy merecidamente) a caer de un burro por mentirosos y egoístas.

¿Quién no ha ido en el autobús o en el metro y en una estación con cobertura ha oído a alguien hablando por el móvil?: "Estoy ya bajando del autobús/saliendo del metro, ya estoy ahí" Y luego se bajan al cabo de seis o siete paradas. O más. Iros a la mierda, asumid vuestra responsabilidad. Decid que no tenéis capacidad de calcular el tiempo, o que os la pela llegar pronto y que os estén esperando. Que la otra parte sepa lo que hay y pueda tomar decisiones en función a eso.

Creo que con la generalización del uso de los móviles la gente impuntual se ha crecido más aún. Ya no se plantean que es un problema, porque saben que si van a llegar tarde pueden avisar desde cualquier sitio. Eso sí, si has quedado a las 19:00, te llaman cinco minutos antes o cinco minutos después para decirte que van a retrasarse quince minutos (que fácilmente se convierten en media hora). Todo el que tenga un grupo de amigos grande con una o varias personas impuntuales, se habrá visto alguna vez damnificado por culpa de estos. Conocéis la situación: quedamos para ir al cine y cenar antes. El cine es a las 22:00; quedamos a las 21:00 y cenamos por la zona, que da tiempo. Todo el mundo llega a las 21:00 aprox. y uno o más no aparecen. Los demás esperando. A las 21:15 avisan que "estamos llegando, lo siento mucho". ¿Nos vamos a cenar por nuestra cuenta y cuando lleguen que nos llamen? No, que ha dicho que están llegando. A las 21:30 o más tarde aparecen, y obviamente ya no da tiempo a cenar, como mucho a picotear algo deprisa y corriendo.

La puntualidad es una convención social, sí, pero también una forma de respeto a los demás, como pueda serlo el llevar ropa aunque no sea físicamente necesario o el no insultar a la gente. También es una cuestión práctica, si se va a llevar a cabo cualquier actividad en grupo no tenemos por qué dejar las cosas al azar. Se acuerda una hora para dar a todo el mundo la oportunidad de unirse a la misma sin tener que esperar indefinida e innecesariamente a que ésta dé comienzo. Puede haber casos en los que la puntualidad no sea tan necesaria, si vamos a un evento que se alarga en el tiempo y que no tiene un comienzo definido, como una fiesta informal. Pero hay casos en que está claro que la puntualidad es vital, bien porque a una hora concreta comienza un proceso que solo tiene sentido tomado en su totalidad, como una película en el cine o una obra de teatro, bien porque la cita se ha acordado en un lugar con condiciones desfavorables. Ejemplo más claro: quedamos en la calle. Ya no hablo de casos extremos en que esté lloviendo, nevando o caigan granizos como melones. Sencillamente, no tengo por qué estar esperando media hora en la calle. Si hubiésemos quedado media hora más tarde, habría estado en casa bien a gustico, o haciendo recados, o lo que me dé la gana. La gente impuntual no comprende que nos está robando nuestro tiempo, y eso hoy en día para algunos no es decir poco. La impuntualidad es una falta muy grave de respeto que, por algún motivo que se me escapa, los infractores son incapaces de ver o comprender.

El problema es que siempre hay gente que les comprende y apoya, y los damnificados siempre son los que cumplen escrupulosamente. Propongo una campaña de tolerancia cero con la impuntualidad. Cuando entremos al bar/restaurante, pedimos sitio para los que estemos, y el que llegue más tarde que espere en la calle a que los demás terminen. Al que llegue más tarde de la hora a la que se ha quedado, no se le compra entrada y se tendrá que quedar sin asistir al evento o, si quedan entradas, sentarse aparte. Creo que la mayoría de la gente que causa un perjuicio sólo es consciente de ello cuando se vuelve contra él, las explicaciones y los reproches a menudo no sirven de nada.

Probadlo y me contáis.

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